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Foto del escritorJosé Tomás Ellena Salinas

Crisis de Pánico, una metamorfosis

Actualizado: 20 nov 2023

Antes de que sigas con esta lectura, quiero comentarte que está basada en la experiencia que he tenido con mis Crisis de Pánico, reflejan lo que he vivido y sentido. Esta es una mirada experiencial y no desde la psicología o psiquiatría profesional.


~Una noche, ya casi de madrugada, desperté con un fuerte dolor en el pecho~

Mi corazón late tan fuerte como si hubiese corrido, siento que mi brazo izquierdo está dormido, me recorre un sudor helado. Mi mente añade un miedo gigante a la muerte, pienso que estoy teniendo un ataque al corazón. Del miedo no quiero despertar a mi pareja. Pasan unos minutos, que parecen eternos, la tensión en el pecho no baja...pero tampoco aumenta. ¿Qué me está pasando? Nunca había tenido esta sensación.


Esa noche casi no dormí, el miedo invadía mi mente, en las réplicas posteriores mi pareja se despertó y fue una ayuda gigante, pero el miedo seguía ahí....¿por qué?


No entendía de dónde había salido todo esto, llegó tan de repente... o eso creía. Por suerte una prima es psicóloga, pudo escucharme e incluso darme tips para pasar los primeros días que fueron los más intensos.


Esto fue hace ya algunos años, no recuerdo cuántos días duró la intensidad máxima, pero incluso ahora sigo sintiendo a veces algo de esa sensación en el pecho.


Cuando escribía en ese momento lo que me pasaba o lo conversaba con mi círculo más íntimo entendía que el problema no estaba en mi cuerpo, pero luego venía otra réplica que me hacía sentir que iba a morir. Si bien sabía que era mental, la muerte de todas formas rondaba donde yo iba.

"La mente crea el abismo, el corazón lo cruza" - Sri Nisargadatta Maharaj

Agregué la respiración consciente cada vez que me venía una crisis, ayudó montones a bajar la ansiedad en el momento más álgido de este encuentro con la muerte, pero las réplicas seguían siendo frecuentes. Prácticamente todos los días tenía una crisis, aunque más "livianas" que la primera. Y si bien la respiración consciente me ayudó bastante, en un comienzo fue súper difícil acordarme de este ejercicio. En ese momento llevaba más de 7 años practicando meditación e incluso así me costó incorporar la respiración consciente al momento de entrar en crisis.


Las crisis fueron recurrentes al menos por 3 meses y variaban en intensidad. A veces tenía varias al día, otras podían pasar varios días sin crisis.


Lo mejor que me pudo haber pasado, y que siempre recomendaré hacer, fue buscar un buen psicólogo para acompañar el proceso lo antes posible. Tuve la suerte de que me recomendaron a Tomás de la Fuente, él fue clave para recuperar mi centro, debido a su profesionalismo y visión de la vida similar a la mía. Es importante elegir con pinzas al o la terapeuta, en mi caso gracias a recomendaciones de mis cercanos (de hecho de mi prima psicóloga).

Aprendí con el paso de las semanas que las crisis eran una respuesta a diferentes formas de estrés o miedo y a la acumulación de estas debido a que no les daba el cobijo y atención que requerían. Entenderlo me dio el poder de manejar las crisis, para bajar así la intensidad de estas.


Siendo sincero, después de 2 años no puedo decir que las crisis de pánico se hayan terminado para siempre. Gané una especie de sensibilidad en el pecho que me avisa cuando mi mente está estresada, ansiosa, cuando no me gusta el entorno donde estoy, etc. Es raro que sea una ganancia, lo veo como haber activado un sentido más el cual surge al perder la ilusión de control sobre las crisis, como si mi corazón le dijera a la mente: "vamos...relájate, tómate un minuto para respirar o escuchar música". Como si las crisis de pánico le hubieran dado más fuerza a mi terapeuta interno o, al revés, como si este terapeuta encontrara la crisis de pánico como un recurso extremo para dar ciertos avisos.


Como te darás cuenta, menciono unas sensaciones en el pecho o mi corazón diciendo algo. Estas son percepciones sobre mi cuerpo. Al comienzo eran tan intensas que sentía que mi pecho iba a estallar, pero con el tiempo y gracias a meditar sobre estas sensaciones, me di cuenta que los innumerables músculos del pecho hacían como cuerdas de un arpa que se tensan para dar algún aviso. Es el lenguaje que tiene el cuerpo para comunicarse.


En definitiva, para recuperarme de las crisis de pánico, tuve 3 grandes ayudas:

  1. Mi círculo más íntimo me ayudó a afirmarme cuando la tormenta comenzaba

  2. El psicólogo me ayudó a afirmarme en terreno sólido mientras la tormenta avanzaba

  3. La meditación, como práctica personal, me ayudó a entender e internalizar las sensaciones corporales y emocionales de mi pecho a medida que la tormenta pasaba y a integrar este nuevo "sentido". Es más, a darle sentido a esta experiencia.

Estos 3 puntos me ayudaron a encontrar cobijo en medio de la tormenta, ¡pero hay mucho más!

Ese mismo año, unos 6 meses después de la primera crisis de pánico, tomé el curso de canalización con la querida Cote Junemann.

Viendo en retrospectiva, las crisis de pánico fueron un regalo, provocaron una expansión en el camino del descubrimiento espiritual, esa gran parte de nosotros que a veces (por no decir casi siempre) obviamos debido a nuestro pensamiento lógico, ese que nos van enseñando desde pequeños. Hacía ya varios años que practicaba Tarot, Reiki, Registros Akashicos, Yoga y Meditación, pero la crisis de pánico fue como un crack que me abrió a nuevas percepciones.


La conexión con dimensiones sutiles es tremendamente sanadora y, en mi experiencia, le dio el broche de oro al entendimiento de las crisis de pánico que me ocurrieron.


¿Por qué?


El simple hecho de escucharse profundamente nos ayuda a sanar y si le agregamos el entrenamiento para conectar en cualquier momento con nuestra dimensión más consciente, esa dimensión espiritual que nos conoce al revés y al derecho, le da sentido incluso a las experiencias más difíciles que nos ocurran.


Así fue con las crisis de pánico, recuerdo un ejercicio de conexión entre el Corazón y la Mente. Al comienzo del ejercicio tenía un nudo (figurativo y literal) entre ellos, pero al tomar el rol de guía de la experiencia, fue como facilitar una terapia de pareja para ambos centros energéticos. En ese momento se abrió la posibilidad de ser terapeuta para un proceso interno que aún seguía abierto. La raíz de las crisis de pánico que experimenté eran la desconexión entre Mente y Corazón (el nudo que no permitía comunicarse) y que se manifestaban en sensaciones corporales como las tensiones de músculos en el pecho.


Mi experiencia puede ser muy diferente a la tuya o quizás tengamos ciertas similitudes, espero que al compartir la mía pueda acompañar el proceso que estés llevando o servir como conocimiento para lo que puedas vivir en el futuro. Por favor, siéntete en la libertad de contactarme si quieres compartir tu experiencia o si crees que pueda apoyarte en lo que estés viviendo.




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